jueves, 25 de febrero de 2016

El Cardenal Bergoglio convoca a la Parresía (2004)

Carta pastoral del arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, SJ, con motivo del inicio de la Cuaresma
25 de febrero de 2004 - Miércoles de Ceniza

 
A los sacerdotes, religiosos, religiosas
y fieles laicos de la Arquidiócesis

Queridos hermanos:
Durante el año 2003 les pedí dedicar la Misión Arquidiocesana a cuidar la fragilidad de nuestro pueblo, haciéndonos cargo de ella desde la misma fragilidad de Jesús, el Dios Encarnado, quien siendo fuerte se hizo débil, siendo rico se hizo pobre, siendo grande se hizo pequeño (cfr. Misal Romano). En este sentido en algunas comunidades se han realizado acciones concretas: más oración, gestos de cercanía, tareas solidarias... En otras es poco lo que se ha hecho todavía. Pero ciertamente podemos decir que en la Arquidiócesis se está instalando esta honda preocupación pastoral.
Querer cuidar la fragilidad de nuestro pueblo es un anhelo de magnanimidad que sólo podrá anidar en corazones generosos y solidarios, sencillos y atentos.
Perseverar en este propósito será el fruto de la gracia del Espíritu Santo que nos impulsa a estar cerca de toda carencia y dolor y nos sostiene en la constancia.
Vivimos situaciones graves que desaniman y con frecuencia nos llevan al desaliento. Acerca de ellas hemos reflexionado en cada comunidad procurando que nos toquen el corazón. A quienes no hayan realizado el itinerario elaborado por el Consejo Pastoral Arquidiocesano les pido por favor que lo realicen durante  este año para que todos  nos pongamos a tono con esta apertura del alma para hacernos cargo de la fragilidad de nuestro pueblo. Nos hará bien volver a recorrer desde dentro estas fragilidades: p. ej.  aquellas que tocan a la vida de la fe  (¡cuántos chicos no saben rezar!, ¡cuántos jóvenes sin horizontes...!), a la vida familiar (la falta de diálogo, los ancianos abandonados...),  a la vida social (el desempleo, el hambre, la injusticia...).
Frente al dolor y la decepción los cristianos somos llamados a la esperanza. No como búsqueda de ilusión fantasiosa, sino con la confianza del discípulo y apóstol de que “la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado” (Rm. 5, 5). Esta esperanza es el ancla que ya está clavada en los Cielos y a la cual nos aferramos para seguir caminando. El mismo Jesús viene a nuestro encuentro para repetirnos con serenidad y firmeza: “No tengan miedo” (Mc. 6, 50.) “yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20) “Vayan y anuncien” (Mt. 28, 19). Ir a anunciar, estar cerca de quien sufre fragilidad, siendo uno mismo frágil, es posible solamente confiando en esa promesa del Señor Resucitado “yo estaré siempre con ustedes”. (Mt. 28, 20). Y porque no somos super-héroes, ni  luchadores valientes que presumen ciegamente de sus propias fuerzas, actuamos con la audacia propia de los discípulos de Jesús, miembros de su familia. Audacia de  hermanos del Señor.
Este año les pido trabajar con esa audacia, con intenso fervor apostólico. Al  hacernos cargo de la fragilidad, nuestra y de nuestro pueblo, queremos caminar con audacia, esa actitud que suscitaba el Espíritu Santo en los Apóstoles y los llevaba a anunciar a Jesucristo. Audacia, coraje, hablar con libertad, fervor apostólico... todo eso se incluye en el vocablo parresía, palabra con la que San Pablo significa “la libertad y el coraje de una existencia, que es abierta en sí misma, porque se encuentra disponible para Dios y para el prójimo”. Pablo VI mencionaba entre los obstáculos a la evangelización precisamente la carencia de parresía:  “la falta de fervor, tanto más grave cuanto que viene de dentro. Dicha falta de fervor se manifiesta en la fatiga y desilusión, en la acomodación al ambiente y en el desinterés y sobre todo en la falta de alegría y de esperanza” (Ev. Nunt., 80). Juan Pablo II nos habla de ardor, celo apostólico, valentía, empuje misionero. (Redemptoris Missio, 30, 67, 91). Y recordamos a los discípulos  de Emaús  en su encuentro con el Señor Resucitado: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino?” (Lc. 24, 32). Convicción en la obra del Espíritu y ardor que brota del encuentro con Cristo vivo. Convicción y ardor que son necesarios en nosotros, los discípulos, tanto para hacernos cargo de las fragilidades como para anunciar a Cristo Resucitado.
Con frecuencia sentimos la fatiga y el cansancio. Nos tienta el espíritu de acedia, de pereza. También miramos todo lo que hay por hacer, y lo poco que somos. Como los apóstoles le decimos al Señor: “¿qué es esto para tanta gente?” (Jn. 6, 9), ¿qué somos nosotros para cuidar tanta fragilidad? Y allí justamente radica nuestra fortaleza: en la confianza humilde de quien ama y se sabe amado y cuidado por el Padre, en la confianza humilde de quien se sabe elegido gratuitamente y enviado. La experiencia de San Pablo fue llevar un tesoro en vasija de barro (2 Cor. 4, 7), y nos la transmite a todos nosotros. . Es la mirada sobre sí mismo y los demás. No tiene miedo a mirar la vasija de barro porque precisamente el tesoro que lleva dentro está fundamentado en Jesucristo, y de Él le viene el coraje, la audacia, el fervor apostólico.
¡Cuántas veces nos sentimos tironeados a quedarnos en la comodidad de la orilla! Pero el Señor nos llama para navegar mar adentro y arrojar las redes en aguas más profundas (Lc. 5, 4). Nos llama a que lo anunciemos con audacia y fervor apostólico, a gastar nuestra vida en Su Servicio. Aferrados a Él nos animamos a seguirlo de cerca, cada uno de nosotros poniendo nuestros carismas al servicio de la comunidad en la Iglesia arquidiocesana. Lo haremos utilizando diversos instrumentos pastorales armonizados por nuestro Plan Pastoral que termina una nueva etapa al finalizar este año, con las acciones propuestas para el trienio 2002-2004. En el Consejo Episcopal hemos visto la conveniencia de realizar una Asamblea Diocesana en el 2005, que nos permita crecer en sentido de pertenencia eclesial y participar en la reelaboración de nuestro Plan Pastoral, teniendo en cuenta las orientaciones de “Navega Mar Adentro”. He pedido al Consejo Pastoral Arquidiocesano que elabore un camino de preparación para esa Asamblea.
Quisiera concluir exhortándolos una vez más al fervor apostólico con las palabras de Pablo VI: “Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo -como
Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles, como esa multitud de admirables evangelizadores que se han sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia- con un ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá que el mundo actual... pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo y aceptan consagrar su vida a la tarea de anunciar el reino de Dios y de implantar la Iglesia en el mundo” (Ev. Nunt. 80).
Pido al Señor que todos nos sintamos apremiados por su amor (2 Cor. 5, 14) y podamos decir con San Pablo ¡”Ay de mí si no evangelizo”! (1 Cor. 9, 16). La Madre del Señor, que experimentó la peculiar fatiga del corazón (Redempt. Mater., 17), nos acompañe y sostenga en nuestras fatigas cotidianas y nos obtenga la gracia de la audacia evangelizadora y el fervor apostólico.
Les pido, por favor, que recen por mí. Con fraternal afecto,

Card. Jorge Mario Bergoglio S.J.,arzobispo de Buenos Aires

Buenos Aires, 25 de febrero de 2004
Miércoles de Ceniza.

domingo, 21 de febrero de 2016

Encuentro Argentino por el Bien Común VII



DECÁLOGO DEL DIÁLOGO

1.   Saber escuchar es el comienzo del diálogo. La forma más eficaz de escuchar es tomar apuntes.
2.   No interrumpas, y escucha atentamente al que interviene; mírale a la cara
3.   No te distraigas garabateando, caricaturizando o comentando.
4.   No les quites la palabra de la boca ni desvíes el tema.
5.   No quieras imponerte alzando la voz.
6.   No te apresures a responder, déjale que agote lo que intenta decir.
7.   Intenta resumir su pensamiento antes de contestarle, y formúlale preguntas estimulantes que le animen a seguir hablando.
8.   El diálogo debe ser progresivo: no repitas lo que ya está dicho.
9.   Subraya sobre todo los puntos de coincidencia y expone tu opinión con calma para enriquecer la idea y no para defender su autoría.
10. No seas hiriente, ni agresivo, ni burlón, ni seas susceptible viendo en todo ataques          
      personales ni desprecios intencionados o mala voluntad.

Preámbulo Nacional

“… con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”

jueves, 18 de febrero de 2016

Encuentro Argentino por el Bien Común VI



FORO SOBRE ELECCIONES 2003
 

“No podemos ser peregrinos del cielo, si vivimos como fugitivos de la ciudad terrena”


La conciencia cristiana no permite favorecer con el voto un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas contrarias a los contenidos de la fe y la moral, ya que las verdades de la fe constituyen una unidad inseparable, por lo que no es lógico ni válido  el aislamiento de uno solo de sus contenidos en detrimento de la totalidad.
El compromiso político a favor de un aspecto aislado de la doctrina social no basta para satisfacer la responsabilidad de la búsqueda del bien común en su totalidad. Tampoco el católico debe delegar en otros el compromiso cristiano que proviene del evangelio de Jesucristo, para que la verdad sobre el hombre y el mundo pueda ser anunciada y realizada.
Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o dilaciones, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad. Ante estas exigencias éticas fundamentales e irrenunciables, los creyentes deben saber que está en juego el orden moral, que concierne al bien integral de la persona.
Este es el caso de las leyes civiles en materia de aborto y eutanasia (no hay que confundir con la renuncia al ensañamiento terapéutico, que es moralmente legítimo), que en lugar de tutelar el derecho primario a la vida desde su concepción hasta su término natural, lo vulneran. Se debe respetar y proteger los derechos del embrión humano.
Análogamente debe ser salvaguardada la tutela y la promoción de la familia fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad, frente a las leyes modernas sobre el divorcio. A la familia no pueden ser jurídicamente equiparadas otras formas de convivencia, ni éstas pueden recibir en cuanto tales, reconocimiento legal. Así también la libertad de los padres en la educación de los hijos es un derecho inalienable, reconocido además en la Declaraciones Internacionales de los derechos humanos.  Del mismo modo, se debe pensar en la tutela social de los menores y en la liberación de las víctimas de las modernas formas de esclavitud (piénsese, por ejemplo, en la droga y la explotación de la prostitución). Se debe garantizar el derecho a la libertad religiosa y el desarrollo de una economía que esté al servicio de la persona y del bien común, en el respeto de la justicia social, del principio de solidaridad humana y de subsidiariedad, según el cual deben ser reconocidos, respetados y promovidos «los derechos de las personas, de las familias y de las asociaciones, así como su ejercicio». Es fundamental para ello una convivencia en paz que posibilite el diálogo y el respeto.  La paz es siempre «obra de la justicia y efecto de la caridad»; exige el rechazo radical y absoluto de la violencia y el terrorismo, y requiere un compromiso constante y vigilante por parte de los que tienen la responsabilidad política.
Extraído de la nota doctrinal sobre cuestiones relativas a la conducta del católico en la vida política  
+Joseph Card. Ratzinger                    +Tarcicio Bertone S.D.B.  

Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad. El amor y el servicio a la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. La sumisión a las autoridades legítimas y el servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política.
La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país.
Catecismo de la Iglesia Católica    2239 - 224            

Naturalmente el que tiene el derecho de votar no solo ha de tomar parte en la elección, sino tomar también una decisión de conciencia (Pío XII). Para ello debe examinar los programas y la anterior conducta de los partidos beligerantes no menos que el saber y la capacidad, los principios y el carácter de los candidatos que se presentan. Por la elección, el elector aprueba en conjunto los principios y la conducta del elegido, de tal modo que se hace corresponsable en cierto grado de ellos y de sus repercusiones sobre el bien común. Sin embargo en las elecciones pueden ser necesarias soluciones de compromiso, puesto que ninguno de los candidatos que se presentan satisface plenamente, es lícito (desde el punto de vista del mal menor) elegir el que tenga menos defectos; si de un candidato se espera mayor provecho en un aspecto del bien común, es lícito elegirlo, aun cuando en otro aspecto presente deficiencias (acción de doble efecto); si en una lista se encuentran candidatos aptos, es lícito votar en su favor aun cuando presente también candidatos menos aptos, (acción de doble efecto). Naturalmente son de desear sistemas electorales que permitan una mayor aproximación a las personas que aparecen como aptas.
Diccionario de moral cristiana: Karl Hörmann.

Acerca de la obligación de acudir a las urnas, los miembros de la comisión enseñan que “por débil que sea nuestra democracia“ conviene que las elecciones se realicen “de las mejor manera posible”. Al tiempo que manifiestan cautela, con respecto a los resultados reconocen que “pueden ser un instrumento para seguir cultivando la esperanza de que somos capaces de construir una Argentina más allá de la magia y del desánimo”.
Al aludir a los candidatos remarcan que deben “fundar sus aspiraciones en la moral demostrada a los largo de sus  vidas, en el valor de sus proyectos, en el compromiso por el bien común, y no en suscitar emociones engañosas”.
Sobre el panorama que tendrán las autoridades electas, los pastores recuerdan que “afrontarán la ineludible responsabilidad de recrear la voluntad de ser nación, de modo tal que la sociedad argentina, que tanto ha sufrido en esta crisis, encuentre caminos para expresarse políticamente por medio de una dirigencia renovada, representativa y creíble”.
Comentario del último documento de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina

“No seamos hijos de un presente decadente, sino padres de un futuro promisorio”

“Una nación diferente no puede ser construida por un pueblo indiferente”


FORO SOBRE ELECCIONES 2003
Miércoles 23 de abril de 2003 – 20,30 hs
Alcaraz 5750   ( 4567-2535
PARROQUIA Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

domingo, 14 de febrero de 2016

Encuentro Argentino por el Bien Común V



ARGENTINOS por la PAZ y la REPUBLICA
05/07/2002


Invitamos a las FAMILIAS ARGENTINAS a un gesto de UNIDAD,

el 9 de Julio, a las 15:00 hs. en el Parque Rivadavia (centro geográfico de Buenos Aires),

CON:
- una BANDERA ARGENTINA,
- mucha fuerza para entonar nuestro HIMNO NACIONAL
- y dentro de tus posibilidades, un ALIMENTO no perecedero y/o ROPA de abrigo para alguien que lo necesite más que vos.

PARA:

Darnos cuenta que esta crisis sólo podremos superarla JUNTOS

Recuperar la ESPERANZA en que a partir de una mayor PARTICIPACIÓN CIUDADANA, modificaremos la realidad

IMPULSAR IDEAS desde las cuales trazar un verdadero PROYECTO NACIONAL:

- INCLUSION SOCIAL, a partir del trabajo y desde las capacidades que cada uno tiene.

- Fortalecimiento de las INSTITUCIONES de la DEMOCRACIA mediante una profunda reforma Política, Judicial, Administrativa y de Control de la gestión pública.

- IDENTIDAD NACIONAL, en la construcción de nuestro futuro.

Hacemos “ARGENTINOS por la PAZ y la REPUBLICA”
Comunidades religiosas: Acción Católica de Buenos Aires, Casa para la Difusión del Islam en Argentina, Convención Evangélica Bautista Argentina, Fundación Judaica y las diversasa comunidades religiosas.
Las ONG más representativas de nuestro país: Cabildo Abierto Ciudadano (conformado por más de 250 ONGs), Foro del Sector Social y Foro Social para la Transparencia. Poder Ciudadano, Asociación Conciencia, ACDE, Coalición Compromiso, EAxBC, Fundación El Otro, Compromiso Ciudadano, redes sociales, fundaciones para personas con capacidades especiales, clubes y organizaciones vecinales, etc.



NOVEDODOSA CONVOCATORIA DE ONGS PARA EL 9 DE JULIO

Por una nueva independencia republicana

Un grupo de organizaciones sociales y religiosas realizará mañana un acto en Parque Rivadavia bautizado “Argentinos por la Paz y la República”. El objetivo es fortalecer las instituciones democráticas y generar una identidad nacional sin exclusiones. Piden alimentos y ropa.

(INFOCIVICA, Buenos Aires, 8 de julio de 2002)-. Para conmemorar un nuevo aniversario de la Independencia Nacional, un grupo de ONGs, lideradas por el Foro Social para la Transparencia y diversas comunidades religiosas, realizará un novedoso acto bautizado "Argentinos por la Paz y la República" que tendrá como objetivo fortalecer las instituciones democráticas y una nueva identidad nacional sin exclusiones. El encuentro se realizará en el Parque Rivadavia, el centro geográfico de la ciudad, a partir de las 15. "En la grave crisis que vivimos es importante que sepamos qué puede dar cada uno de nosotros para salir adelante y que la única manera es involucrarnos de otro modo para lograr cambios efectivos", dijo Norberto Borzese, presidente del Foro Social para la Transparencia. Para comenzar con los gestos de unidad, los organizadores solicitan que las familias se hagan presentes con una bandera nacional, un alimento no perecedero o ropa de abrigo para alguien que lo necesite y mucha fuerza para entonar el himno nacional.
Las consignas más fuertes del acto cívico son: "darnos cuenta que esta crisis sólo podremos superarla juntos"; "recuperar la esperanza en que a partir de una mayor participación ciudadana modificaremos la realidad" y fundamentalmente, impulsar nuevas ideas desde las cuales trazar un verdadero proyecto nacional. Las prioridades, definidas por los organizadores son: la inclusión social "a partir del trabajo y desde las capacidades que cada uno tiene"; el fortalecimiento de las instituciones de la democracia mediante una profunda reforma Política, Judicial, Administrativa y de Control en la gestión pública; y conformar una identidad nacional en la construcción de nuestro futuro. "Con el adelantamiento de los comicios, es que resulta fundamental instar fuertemente al Poder Legislativo a complementar a las leyes aprobadas hasta ahora, un nuevo paquete de reforma política que permita cambiar cualitativamente los modos de ejercer la gestión. De otro modo, será sólo un cambio de nombres para que nada cambie. Es necesario que los cargos no se renueven por amiguismo sino que los que resulten electos sean los ciudadanos más capaces de generar políticas públicas renovadoras", señaló Borzese.

Los organizadores de "Argentinos por la Paz y la República" son algunas de las ONGs más representativas de la Argentina: Cabildo Abierto Ciudadano conformado por más de 250 ONGs, Foro del Sector Social, Foro Social para la Transparencia y las organizaciones: Asociación Conciencia, Compromiso Ciudadano, Fundación El Otro, Poder Ciudadano; ACDE, Coalición Compromiso, EAxBC, redes sociales, fundaciones para personas con capacidades especiales, clubes, organizaciones vecinales. Y la Acción Católica de Buenos Aires, la Casa para la difusión del Islam, la Convención Evangélica Bautista Argentina, Fundación Judaica y diversas comunidades religiosas

jueves, 11 de febrero de 2016

Encuentro Argentino por el Bien Común IV




PRINCIPIOS SOCIALES del EAxBC

1- Respetar la dignidad humana en todas las etapas y circunstancias de la vida, por lo tanto decimos : no al aborto – no a la pena de muerte - no a la eutanasia - no a la violencia - no al trabajo infantil -  no al analfabetismo - no a la esclavitud - no a la investigación  sin ética; y que se hace necesario resolver el grave problema de la indocumentación.

2- Brindar oportunidades de educación y de trabajo, con salarios justos y dignos, sin discriminar por nacionalidad, religión, lengua o condición social y/o humana, y que promuevan el desarrollo personal.

3- Propender a que toda práctica comercial sea leal, sin fraudes, falsificaciones, evasión de impuestos,     vaciamiento patrimonial, acaparamiento de mercaderías, desproporción en la fijación de precios especulando sobre la urgencia, necesidad o ignorancia del consumidor. No a los monopolios, duopolios u oligopolios o cualquier forma de presión desleal.     

4- La publicidad debe destacar los valores humanos y respetar la tradición y el estilo argentino. No debe ser engañosa, subliminal, violenta, transgresora de las normas legales y de convivencia, difusora de vicios y no debe recurrir a efectos sensibles que despierten  sentimientos equívocos que degraden la dignidad humana.
Los medios de comunicación no deben informar parcializando la realidad en beneficio de algún sector. Deben tratar firmemente de comprobar la veracidad dejando bien aclarado si esto no hubiese sido realizado. No deben exacerbarse los sentimientos a través de imágenes morbosas ni incitar a venganzas ni debates que no conduzcan al bien común. Se debe priorizar la honorabilidad de las personas y su privacidad.        

5- Procurar, a través de la prevención y la asistencia, mantener o restituir la salud a todos. Incentivar la investigación científica que respete, como condición sine qua non, la dignidad humana. Intervenir, en lo posible, para que el rédito económico no sea el principal objetivo en el área de la salud.

6- Se deben fomentar y privilegiar las acciones solidarias, especialmente las que tutelan y promueven los derechos humanos de los más indefensos, débiles, desposeídos y marginados. Priorizar la salud, educación, vestimenta, vivienda y familia, y asegurar a cada habitante del suelo argentino una alimentación suficiente que garantice los requerimientos nutricionales diarios.

7- Respeto y cumplimiento de la ley, que habrá de estar fundada en el derecho natural, ser equitativa, justa e imparcial. No a la impunidad, no al autoritarismo y si a la tutela de los derechos de las víctimas y los acusados. La justicia debe ser independiente y al servicio de la verdad.

8- Optar por una democracia más práctica que formal procurando una participación mayor y una representación más real con mecanismos de intervención directa y control de gestión sobre funcionarios  y sus patrimonios.

9- Imparcialidad en el servicio de la cosa pública. Respeto por los adversarios políticos y la constitución. Uso justo y honesto del dinero público. Transparencia en los actos de gobierno, rechazando medios equívocos o ilícitos para conquistar, mantener o incrementar  el poder. Deben quedar excluidos, de entre los candidatos, los que hayan sido declarados culpables, al igual que los que sean sospechados de ilícitos constantemente, exceptuando los que probaren una persecución política.

10- Concebir un Estado que optimice los recursos y posibilite el desarrollo integral de todas las personas sin que un sistema burocrático cercene y degrade la calidad de vida. Debe respetarse el principio de subsidiariedad del Estado

lunes, 8 de febrero de 2016

Encuentro Argentino por el Bien Común III



ARGENTINA NACIÓN DE TODOS
ESPERANDO EL DIALOGO

Frente al “peligro de la disolución nacional”[1] los argentinos necesitamos recomponer los lazos sociales que nos permitan conformar una verdadera comunidad nacional.
Para concretar este trabajo de refundación de la Nación a partir de los valores fundamentales que están presentes en nuestro pueblo, proponemos la creación de espacios de participación y debate a partir de los cuales encontrar los “consensos que fortalezcan los lazos de pertenencia solidaria a la comunidad y propongan algunas acciones que generen esperanza en todos”[2].

“La corrupción instalada en casi todos los ámbitos de nuestra vida, tiene protagonistas resistentes al cambio y que impiden la purificación necesaria de las Instituciones. El pueblo tiene la sensación que la corrupción y la impunidad permanecen con gente aferrada a sus cargos y se lamenta por la impotencia para cambiar esta realidad”[3].

En estas palabras encontramos 5 ideas muy claras que nos motivan a encarar este proyecto:


Ø     Corrupción, manifestada en la falta de transparencia, “la afanosa búsqueda personal y sectorial de poder y riquezas”[4] y en la acción política “cuando grupos económicos o financieros la hacen instrumento de sus intereses”[5], en perjuicio de toda la comunidad, en especial los más pobres y excluidos.
Ø      Impunidad, como “falta de independencia y majestad de la Justicia; la inoperancia de las leyes”[6].
Ø      Imposibilidad aparente de purificar las instituciones, que pone en evidencia la imperiosa necesidad de una verdadera Reforma Política; para que la política sea una herramienta que permita al pueblo confiar la administración de la cosa pública a aquellos ciudadanos que sean capaces de trabajar por el bien común. Hoy “no debemos olvidar que la autoridad concebida como servicio, purifica y da sentido al poder”[7].
Ø      Impotencia para cambiar la realidad, que debe transformarse en posibilidad de expresión del pueblo, que nos permita pasar de la protesta a la propuesta y gestar desde la voluntad del pueblo esa reforma política también tan largamente esperada por todos los argentinos. “Un verdadero crecimiento en la conciencia de la humanidad no puede fundarse en otra cosa que en la práctica del diálogo y el amor”[8].
Ø   Realidad que debe ser modificada, prestando atención a las urgencias sociales (de alimentación, vivienda, trabajo y educación) que afectan a más de la mitad de la población, como así también recomponer las bases sobre las cuales construir una Argentina más justa y más fraterna.



Frente a esta crisis inédita que vive nuestra Patria, en respuesta al pedido de nuestros obispos, y siguiendo a Jesús que nos pide que seamos sal y luz del mundo, nos proponemos crear un ámbito de diálogo donde podamos entre todos construir la Nación que queremos. Por eso los invitamos a participar del proyecto Argentina, Nación de todos que lanzamos hoy. Decidimos comenzar con una encuesta donde todos podamos empezar a compartir nuestras opiniones y formas de pensar este país. Las mismas les serán entregadas a la salida y podrán devolverlas completas en la secretaría parroquial. Esta bendita Nación necesita de este diálogo,… nos necesita a TODOS. Imitando a María demos nuestro SÍ al Señor y pongámonos en oración a trabajar por el Bien Común.

“No es éste el momento para indecisiones,
ausencias o faltas de compromiso.
Es la hora de los audaces, de los que tienen esperanza,
de los que aspiran a vivir en plenitud el Evangelio
y de los que quieren realizarlo en el mundo actual
y en la historia que se avecina”
(Juan Pablo II, en Lima, 1985)

“No podemos ser peregrinos del cielo, si vivimos como fugitivos en la ciudad terrena”
(CEA, Queremos ser Nación, 10/08/01)

“Debemos pasar del deseo de ser Nación a construir la Nación que queremos.
Por eso es necesario buscar los medios para que todos los ciudadanos del país
determinen por consenso qué Nación queremos ser”
(CEA, La Nación que queremos, 28/09/02)

“No podemos construir una Nación diferente
con un pueblo indiferente”



[1] Mons. Bergoglio en el Te Deum del 25/5/02.
[2] CEA, Afrontemos con grandeza nuestra situación actual, 11.
[3] CEA, Afrontemos con grandeza nuestra situación actual, 7.
[4] CEA, Hoy la Patria requiere algo inédito, 4.
[5] CEA, Hoy la Patria requiere algo inédito, 4.
[6] CEA, Hoy la Patria requiere algo inédito, 2.
[7] CEA, Hoy la Patria requiere algo inédito, 5.
[8] Mons. Bergoglio, A la Educación todo.

viernes, 5 de febrero de 2016

Encuentro Argentino por el Bien Común II


Durante el 2001, antes del estallido social, se comenzó a poner en práctica lo propuesto por el EAxBC con los FOPACI: Foros de Participación Ciudadana. En ámbitos católicos se convocaba con el siguiente texto...
Porque queremos ser nación
... una nación construida en paz, asentada en el piso de la justicia, sustentada por las columnas de la salud, la educación, el trabajo y la responsabilidad y cobijada bajo el  techo de la solidaridad que posibilita el bien común. Debemos afrontar con grandeza nuestra situación actual, pronunciar confiadamente una oración por la patria, y ponernos a trabajar arduamente porque hoy la Patria requiere algo inédito:

Si la levadura no fermenta la masa (Mt 13,33). Si la sal no sala (Lc 14,34).
“La política es la forma más alta de caridad después de la religión”. Pío  XI
La función  política es hacer converger todas las acciones de la sociedad  hacia
la realización del Bien Común que podíamos definirlo como el conjunto de condiciones  que consienten y favorecen el desarrollo integral de la persona.
Los que trabajan y dirigen en política, prácticamente deciden la conformación de las distintas capas sociales y el grado de participación de las mismas en la vida productiva, educativa, cultural y su  acceso a la salud y a la justicia. Determinan quienes están incluidos o excluidos de la “riqueza” económica y espiritual de la nación.
Debemos ser actores y no meros espectadores. (Mt 7,21).
Tenemos que aportar nuestros dones. (Lc 9,13) (Mt 25,14-30)
“A los laicos pertenece por propia vocación buscar el Reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales... A ellos, muy en especial, corresponde iluminar y organizar todos los asuntos temporales” Lumen Gentium30
Me atrevo a concluir que el laico tiene su misión principal en el ámbito de la sociedad civil y no debe  refugiarse en el ámbito parroquial o solamente cumpliendo tareas asistencialistas.
No debemos ser bomberos que apagan incendios, debemos crear condiciones para  evitarlos. María sigue repitiendo, “hagan lo que Él les diga(Jn 2,5 2,5).
No es este el momento para indecisiones o faltas de compromiso. Es la hora de los audaces, de los que tienen esperanza, de los que aspiran a vivir en plenitud el Evangelio y de los que quieren realizarlo en el mundo actual y en la historia que se avecina”. Juan Pablo II
Dicen los obispos “No podemos ser peregrinos del cielo, si vivimos como fugitivos de la ciudad terrena”.
Necesitamos un encuentro argentino, un encuentro que no se reduzca a reunirnos y estar cerca sino a un diálogo fecundo en donde se interrelacionen las distintas realidades y nos enriquezcan. Un encuentro donde pongo mis posibilidades con espíritu generoso, con voluntad de compartir y crear algo en común; y por otro lado, me pongo a la escucha.
La Iglesia argentina necesita crear un ámbito para recrear la política.
Hermanos: No vamos a prender una luz para ponerla debajo de la cama, debemos ponerla sobre el candelero (Mc 4, 21).
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante y así sean mis discípulos” (Jn 15, 8)
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los eligió a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero” (Jn 15, 16)
Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy presente en medio de ellos” (Mt 18, 20)
Por más largo que sea el camino, siempre se comienza con un paso


Desde cada rinconcito del país empecemos a gestar este:

ENCUENTRO ARGENTINO POR EL BIEN COMÚN


Los invito a rezar:

ORACION POR LA PATRIA

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Conferencia Episcopal Argentina

Si comparten esta propuesta háganla circular y contáctense con toda persona de buena voluntad que quiera servir a nuestra Patria. Ya hay grupos trabajando en este tema generando ámbitos de diálogo, reuniones de formación y elaborando caminos de acción. También tenemos un proyecto para compartir,  debatir, consultar y trabajar entre todos.

El proyecto de un pueblo se encuentra en el corazón del pueblo

Para informes y propuestas: jgxlavida@hotmail.com
                                  

                                                                                              Jorge Alberto Giangreco